Ejercicio: Retrato de perfil
Antes de empezar: Consiga un modelo -un amigo, un
vecino o alguien de la familia que esté dispuesto a posar para un retrato
informal-. El modelo puede estar leyendo, durmiendo, mirando la televisión, o
cualquier otra cosa. Se necesitará de media hora a cuarenta minutos, con uno o
dos períodos de descanso para el modelo.
Si yo estuviera explicando personalmente el proceso de
dibujar un retrato de perfil no nombraría las partes. Señalaría cada zona y me
referiría, por ejemplo a “esta forma, este contorno, este ángulo, esta curva”. Tendré
que nombrar las formas, en aras de la claridad. Sin embargo, en el dibujo, el
proceso que puede parecer pesado y minucioso al leerlo en forma de
instrucciones verbales, se convierte en una danza sin palabras, una apasionante
investigación en la que cada nueva percepción aparece milagrosamente ligada a
la anterior y a la siguiente.
Lea todas las instrucciones y mire dibujos antes de empezar
a dibujar.
- Sujete el papel a un tablero.
- Siéntese de manera que vea al modelo de perfil, aproximadamente a un metro veinte de distancia. La distancia máxima no debe pasar de 1,50 o 1,80. Más lejos, los detalles no se verían con suficiente claridad y podría usted tender a sustituirlos por símbolos.
- Para empezar, lo primero es enmarcar la forma, con un visor o con la mano y el lápiz, como se ve más abajo. Dirija primero la mirada al espacio negativo que rodea a la cabeza, y espere hasta que pueda ver ese espacio como una forma. Vea la forma general de la cabeza como un espacio vacío, rodeado por un espacio negativo sólido.
- Dirija
la mirada al papel de dibujo e imagine la forma de la cabeza del modelo
sobre el papel: el contorno general de la cabeza, que es también el
contorno interior del espacio negativo. Resulta más fácil encajar la
imagen si se hace una especie de “dibujo fantasma”, moviendo el lápiz
alrededor de la imagen proyectada, como si se estuviera dibujando, pero
sin tocar el papel. Así sabrá lo grande que va a ser la cabeza, y su
posición en el papel. Se puede, incluso, imaginar la cabeza completa, con
todos sus rasgos, trasladada al papel.
- Comience el dibujo por donde quiera. Todas las formas y espacios deben encajar como en un rompecabezas, cada parte relacionada con las demás; por lo tanto, no importa por donde se empiece.
- Vuelva a enmarcar la forma, mire el espacio negativo junto a la frente y la nariz, y espere hasta que pueda verlo como una forma (es decir, hasta que el hemisferio izquierdo haya pasado la tarea al derecho). Después, utilizando el método del dibujo de contorno modificado, dibuje el borde del espacio. Calcule los ángulos (de la nariz, por ejemplo), sujetando el lápiz vertical, cerrando un ojo y alineando la vertical con la punta de la nariz (imagen izquierda). Según va descendiendo, fíjese en los puntos y dimensiones: observe donde está un punto en relación con otro, la longitud relativa de los contornos, usando como referencia una parte ya dibujada.
A continuación vienen algunas instrucciones específicas para
ver partes de la cabeza. Por supuesto, se pueden percibir todas estas
relaciones mirando simplemente, pero algunos detalles concretos pueden servir
de ayuda.
OJOS:
Observe que los párpados tienen espesor, y que el globo
ocular está detrás de los párpados (imagen izquierda). Para dibujar el
iris (la parte coloreada del ojo)... no lo dibuje. Dibuje la forma del blanco
del ojo (imagen central), que se puede considerar como un espacio negativo, que
comparte sus contornos con el iris. Dibujando la forma (negativa) de la parte
blanca, el iris quedará correcto porque habrá usted superado el símbolo
memorizado para representarlo. Fíjese en que esta técnica sirve para todo lo
que pueda parecerle «difícil» de dibujar. La técnica consiste en pasar a la
forma adyacente y dibujar ésta en vez de la otra. Observe que las pestañas
superiores crecen primero hacia abajo y luego (algunas veces) se curvan hacia
arriba. Observe que la forma del ojo forma un ángulo determinado (imagen
derecha). Observe este ángulo en su modelo: es un detalle importante.
NARIZ:
Los orificios nasales, como el iris del ojo, se tienden a
dibujar simbólicamente. Utilizando la técnica de descripta anteriormente,
fíjese en las zonas adyacentes; en este caso, dirija la mirada al espacio que
hay bajo el borde del orificio nasal, y dibuje su forma exacta.
BOCA:
En muchas caras vistas de perfil, el contorno exterior de la
punta de la nariz, el labio superior y el inferior, y la barbilla, suelen caer
sobre la misma línea inclinada, como se ve en la imagen de la izquierda.
Observe cuidadosamente estos puntos en su modelo y fíjese en el ángulo exacto.
Vea primero las relaciones generales, luego las relaciones específicas y
finalmente las relaciones concretas entre las partes. El espacio negativo es
una enorme ayuda, ya que ofrece formas nuevas, no estereotipadas. A
continuación, observe que los contornos de los labios no son verdaderos bordes,
sino simplemente un cambio de color. Para la mayoría de los modelos, el ligero
cambio de color de los labios queda mejor representado por una línea clara, no
una línea gruesa y oscura. Sin embargo, la línea central de los labios es un
verdadero contorno, y puede comprobarse que es más oscuro que los bordes
externos de los labios. La forma del labio superior es importante para la
expresión del modelo. Para lograrla con exactitud, no la dibuje: una vez
más, pase al espacio adyacente, el espacio entre la boca y la nariz, como en la
imagen de la derecha. Compruebe la longitud de la línea central de la boca:
¿dónde está su extremo, en comparación, con, por ejemplo, el límite delantero
del ojo? (las posiciones deben siempre cotejarse con alguna parte que ya se
haya dibujado).
BARBILLA:
Fíjese en donde cae el contorno delantero de la barbilla en
relación con la frente o el labio superior (siempre, algo que haya dibujado
ya). Observe la longitud de la barbilla en relación con la de la nariz, por
ejemplo.
GAFAS:
Si el modelo lleva gafas, no las dibuje. Tienen un
simbolismo muy fuerte (Figura 10-9) particularmente persistente. Dibuje las
formas de la cara alrededor de las gafas, usándolas como espacios
negativos como en la Figura 10-10. La clave está en no dudar de la percepción
del espacio negativo. Dibuje lo que vea.
CUELLO:
Utilice el espacio negativo de delante del cuello para
percibir el contorno bajo la barbilla, y el contorno del cuello (imagen
inferior). Compruebe el ángulo que forma el cuello con la vertical. Asegúrese
de cuál es el punto exacto en que el cuello se une a la nuca. Suele estar
aproximadamente al nivel de la nariz o la boca.
Asegúrese de comprobar donde está este punto, en relación
con la boca y la nariz. La parte delantera del cuello suele estar inclinada
respecto a la vertical.
CUELLOS DE CAMISA, ETC.
No los dibuje. Los cuellos de los vestidos tienen también un
simbolismo muy pertinaz (imagen inferior). Utilice el cuello del modelo como
espacio negativo, y use los espacios negativos para dibujar cuellos de camisa
cerrados o abiertos, y también el contorno de la espalda. Esta técnica da resultado
porque las formas de los espacios alrededor del cuello de una camisa no tienen
un nombre evidente ni han originado símbolos que distorsionen la percepción.
OREJA:
Al llegar a este punto, con los rasgos faciales más o menos
completos, hay que medir sobre el modelo la relación de tamaño entre la mitad
inferior de la cabeza (desde el nivel del ojo a la barbilla) y la mitad
superior. Hágalo directamente, colocando el lápiz junto a la cabeza del modelo
y midiendo (imagen inferior). La distancia desde el nivel del ojo al punto más
elevado de la cabeza será por lo menos igual (posiblemente más larga, si el
cabello es espeso) que la mitad inferior.
Transfiera estas medidas al dibujo. Coloque el lápiz sobre
el mismo y mida la distancia del ojo a la barbilla, marcando dicha distancia
con el pulgar y el índice. Marque luego la distancia en la parte superior del
dibujo para indicar donde caerá el tope de la cabeza. No deje de realizar esta
operación, en la idea de que recordará las dimensiones de la cabeza más
adelante. A continuación mida la situación del borde posterior de la oreja.
Mida de nuevo la distancia desde el ojo a la barbilla y transfiera esta medida
desde la esquina posterior del ojo al borde posterior de la oreja. O trate de
visualizar el triángulo rectángulo con los dos catetos iguales. Ver figuras izquierda
y derecha. Marque en el dibujo la posición del borde posterior de la oreja (derecha).
Empiece por dibujar la forma del espacio que hay detrás de
la oreja. Dibuje luego las formas internas de la oreja, dirigiendo siempre la
mirada al espacio contiguo al que se quiera dibujar, utilizándolo como espacio
negativo. Verifique la relación de tamaño entre la oreja y los rasgos faciales,
la posición del borde superior de la oreja en relación con el ojo y la ceja, y
la posición del borde inferior en relación con la boca y la nariz. Recuerde que
las orejas son más grandes de lo que parecen.
PELO
¿Cómo «dibujar el pelo»?. En la mayoría de los casos lo que
quieren se desea es un método de dibujar pelo que sea rápido, fácil y quede
estupendamente. En otras palabras, un símbolo para el pelo, mejor que el que
estoy usando. Y, por supuesto, no existe tal cosa. El pelo se dibuja
exactamente del mismo modo que todo lo demás. Hay que percibirlo tal como es,
en toda su complejidad, y dibujar lo que se ve. Esto no significa que haya que
dibujar cada pelo, pero sí que hay que tomarse el tiempo necesario para
describir en el dibujo al menos parte del cabello, el movimiento exacto de los
mechones, la textura exacta de alguna sección. Busque las zonas oscuras, donde
el cabello se separa, y utilícelas como los espacios negativos. Fíjese en los
principales movimientos direccionales, en las curvas y en las ondas. El
hemisferio derecho, amando como ama la complejidad, puede quedar fascinado por
la tarea, y esta parte del retrato puede llegar a tener un gran impacto, como
en el caso de la Orgullosa, Maisie (imagen inferior). Hay que evitar a
toda costa los trazos finos, fofos y simbólicos que representan el concepto pelo,
del mismo modo que si escribiéramos la palabra sobre el cráneo del retrato.
Cuando esté listo para empezar recuerde que necesitará de
treinta a cuarenta minutos para dibujar el retrato. Quizás convenga disponer
una alarma para darle algún descanso al modelo. No olvide explicarle al modelo
que usted no podrá hablar durante la sesión.
Coloque al modelo. Siéntese. Enmarque la forma. Imagine la
forma sobre el papel. Dirija la mirada al espacio negativo que rodea a la
forma. Sentirá que empieza a pasar al modo-D... alcanzando el estado en el que
se ven claramente las cosas.
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