Como ya se ha mencionado el problema principal de dibujo está en ver y limitarse a transcribir estas percepciones.
No hay temas más fáciles ni más difíciles que otros. Sin embargo, ciertas cosas parecen más difíciles que otras, posiblemente porque llevan asociada una simbología más fuerte, que interfiere con la claridad de las percepciones.
La cabeza humana es, precisamente, uno de esos temas para los que la mayoría de la gente tiene un sistema de símbolos muy fuerte y persistente. El sistema personal de símbolos se desarrolla y aprende de memoria durante la infancia, y es notablemente estable y resistente al cambio. Estos símbolos llegan a impedir ver y por ello pocas personas son capaces de dibujar una cabeza humana realista, y son menos aún las que pueden dibujar un retrato reconocible.
En resumen, el dibujo de retratos es útil por las siguientes razones:
1°- Permite conectar con el hemisferio derecho, que está especializado en el reconocimiento de rostros humanos y puede hacer las precisas discriminaciones necesarias para obtener un retrato «parecido».
2°- Dibujar caras ayuda a reforzar la percepción de las relaciones de proporción, ya que la proporción es fundamental en el retrato.
3°- Es una excelente práctica para superar los sistemas de símbolos arrastrados desde la infancia. 4°- Si se puede dibujar un retrato con un parecido convincente, se "demuestra" al hemisferio izquierdo que tener talento para el dibujo, superando las frustración previa que, en muchos casos, es vital para el avance de la calidad tanto en la percepción como en la ejecición del dibujo.
Proporciones normalizadas para dibujo de cabeza de frente:
Proporciones normalizadas para dibujo de cabeza de perfil: